12 de febrero de 2012

El Puente de Hierro


Sevilla, 6 de abril de 1926.
La ciudad permanece ensimismada dentro de una de las burbujas artificiales que cada cierto tiempo suelen enmascarar sus carencias, desequilibrios y, en definitiva, su realidad.
El gobierno de un cada vez más cuestionado Alfonso XIII hace lo imposible para que el país no termine de contagiarse con la enorme crisis social, económica y política que asola la Europa de entreguerras: pan y circo siempre que se pueda, y si falla… el ejército.
Es tiempo de cafés cantantes, de enamorarse con Rodolfo Valentino y reír con la murga del Regaera, de baile en el Kursaal y lleno en la Maestranza para ver a Belmonte, de estreno de los Álvarez Quintero con camisa de Galán y sombrero de Maquedano, de niños corriendo por calles de albero tras un Sedan Buyck siete asientos, de frontón en Sierpes y football en Patronato y Reina Victoria.

Baile en el Café Novedades - Joaquín Sorolla

El pan lo ponen los preparativos de la Exposición Iberoamericana que, junto a un ramillete de obras públicas que al fin va camino de hacerse realidad, dan empleo a los miles de obreros llegados de pueblos y ciudades vecinas que casi han duplicado la población hispalense en apenas 30 años.
En estas obras adquiere especial protagonismo el Río, que empieza a ser al fin “domesticado”, reactivándose el plan Moliní (previsto desde 1903) mediante el que se pretendía mejorar la navegabilidad haciendo directo el tráfico fluvial hacia el Puerto gracias al Canal de Alfonso XIII, también conocido como Corta de Tablada.
Para completar el plan se construye un puente en la embocadura de la Corta que unirá el nuevo muelle de las Delicias con Tablada: el Puente de Alfonso XIII.

Puente de Hierro en los 80 - Fuente: Planuente.org

Diseñado por José Delgado Brackenbury, será el primer puente levadizo de la historia de Sevilla y el segundo en sortear las aguas del Guadalquivir tras el de Triana.
Toda su estructura se conformaba con perfiles metálicos salvo las pilastras de apoyo, realizadas con fábrica de ladrillo, convirtiéndose en una de las obras de ingeniería mas arriesgadas e importantes de la época.
Puente y Corta se terminan a principios de 1926, pero su inauguración será retrasada unas semanas, las suficientes para hacerlas coincidir con otro hito importante que tendría lugar en estos todavía felices años 20.
Y es que el 22 de enero había despegado del muelle de la Calzadilla, en Palos de la Frontera, el Plus Ultra, un hidroavión de la armada con el reto de realizar por primera vez en la historia un vuelo entre España y América.

Llegada del Plus Ultra a Buenos Aires

Tras varias escalas en Canarias, Cabo Verde o Pernambuco, el avión llegaba el 10 de febrero a Buenos Aires en medio de un recibimiento espectacular por parte del pueblo argentino.
Ramón Franco, Julio Ruíz de Alda, Juan Manuel Durán y Pablo Rada, sus tripulantes, son considerados héroes y en su honor se levanta un monumento en uno de los muelles bonaerenses, inspiran el tango “La Gloria del Águila” al inolvidable Carlos Gardel y a su servicio ponen las autoridades argentinas el crucero Buenos Aires, joya de su flota, para traerlos de vuelta a la madre patria, donde se les espera para que tengan un papel protagonista en la inauguración de las nuevas infraestructuras portuarias sevillanas.

Es el momento que capta esta imagen tomada el 6 de abril de 1926, perteneciente al Archivo de la Base Aérea de Tablada y que hemos tomado del libro Sevilla Ayer y Hoy, de Nicolás Salas (RD Editores).


El crucero Buenos Aires, con los héroes del Plus Ultra a bordo, enfila el tramo final de la Corta de Tablada. Al fondo espera un engalanado puente de Alfonso XIII abierto en sus dos mitades para permitir su entrada a la zona portuaria.
En las márgenes del Río se agolpa el público deseoso de presenciar el histórico acontecimiento. Las autoridades e invitados se sientan en sus tribunas, el resto donde buenamente puede.
El monarca y la plana mayor de su gobierno, general Primo de Rivera incluido, siguen el acto desde el Pabellón Real que se ha situado justo a la entrada del Puente y donde, entre otras conmemoraciones, se hace entrega al embajador argentino de los terrenos donde se ubicará el pabellón de su nación en la futura Exposición Iberoamericana.
Banderolas, vítores, aplausos... todo está saliendo a la perfección: el Buenos Aires inaugura oficialmente la Corta, atraviesa el Puente de Hierro y atraca en el muelle de las Delicias. Sus pasos los siguen lo más granado de la flota española, destacando uno de los seis submarinos modelo Isaac Peral con que contaba la Armada en ese momento. En el cielo, azul y claro cielo sevillano, una exhibición aérea a cargo de los mejores aviadores del Ejército lleva el delirio al personal.

Cerca de 90 años han pasado desde aquel 6 de abril de 1926. Cinco después Alfonso XIII abandona el país camino del exilio, habiendo donado antes el Plus Ultra a la República Argentina. Allí es utilizado como avión correo hasta su jubilación, momento en que pasa a ser expuesto en el Museo "Enrique Udaondo" de Luján, donde aún hoy permanece.

Plus Ultra en el Museo de Luján - Fuente: Wikipedia

Digno final para uno de los iconos de la aviación mundial. Digno y lógico, aunque aquí, en Sevilla, parece que las cosas son diferentes.
Porque si importante fue el vuelo del Plus Ultra para el desarrollo de la aeronáutica, no menos lo fue el Puente de Alfonso XIII para potenciar el Puerto y la economía hispalense. Pero parece que se ha olvidado.
La siguiente gran Exposición que vive la ciudad, en 1992, arrastra con su burbuja el viejo Puente de Hierro y lo sustituye por el de las Delicias, más moderno y funcional.
Comienza entonces su penoso peregrinar por distintos emplazamientos, tanto reales como ficticios, hasta que en 2003 da con sus hierros en la Dársena del Batán, donde se amontona a la espera de que alguien decida darle uso.
Si se decide, claro, ya que las últimas noticias apuntan que en breve será descatalogado o, lo que es lo mismo, perderá la protección que hasta ahora permitía que al menos se respetara su estructura.
Así que, salvo giro inesperado de última hora, el segundo puente más antiguo de Sevilla puede verse reducido oficialmente a un montón de chatarra. Digo oficialmente porque a efectos prácticos ya lo es desde hace más de una década.
Resulta paradójico que una ciudad que dice sentirse orgullosa de su pasado haya construido en apenas 5 años dos cubiertas metálicas para albergar partidos de tenis mientras deja que se oxide una estructura de acero crucial para comprender su historia reciente.
Resulta paradójico que una ciudad que dice sentirse orgullosa de su pasado haya cambiado dos veces de nombre una calle por respeto a la memoria histórica primero y ahora por iniciativa popular, mientras todos olvidan que una parte de su vida languidece en una dársena.
Resulta paradójico… como tantísimas otras cosas de esta ciudad que, según parece, dice sentirse orgullosa de su pasado

Puente de Hierro en la actualidad - Fuente ABC

3 comentarios:

  1. Esta entrada es de las de lujo, de las que nos gustan a muchos de tus seguidores por los recuerdos que nos despiertas.
    Esa es la clásica novelería del sevillano, lo que nos dicen que es importante lo es, lo que nos esconden en vez de preocuparnos nos olvidamos.
    Una duda General: dices dos puentes sobre el Guadalquivir, ¿cuál era la solución para la salida por Chapina hacia Huelva?
    Un abrazo

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  2. Ese puente siempre tendrá un rincón especial en mis recuerdos porque lo curzaba todos los fines de semana con mis padres durante no pocos años. Nunca comprendí que no se le diera un emplazamiento digno porque, no sé si por los recuerdos felices que me trae, me encanta. Me parece un puente con mucha personalidad.
    No tenía ni idea de la descatalogación. Me dejas a cuadros.
    Yo cogería a todos esos sevillanitos de palmaditas en el pecho y boquilla y los volvía a meter en la escuela porque no son más que una panda de catetos, y los ciudadanos que miramos impávidos sus actuaciones unos borregos. Sevilla es de todos los que la habitamos y de los que la habitaron antes y nos la legaron, si hiciéramos más ruido...

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  3. Lamentable como muchas cosas en esta ciudad.
    Muchas gracias por esta entrada llena de historia y recuerdos.

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Comentarios: