14 de septiembre de 2009

Los Candados del Amor

Son cada vez más las voces que se están levantando en contra de la nueva “moda” de colocar candados en el Puente de Triana, alcanzando el problema tal magnitud que incluso fue la semana pasada la temática estrella a tratar por la Comisión Local de Patrimonio Histórico.

Como señala el amigo Duende del Sur en su blog, es ésta una tradición importada por los Erasmus italianos basada en una novela de Federico Moccia, “Tengo ganas de ti”, consistente en que cada pareja de enamorados fija a la barandilla un candado con sus iniciales para de esta forma alcanzar algo así como el amor eterno.

Basta darse un paseo por cualquiera de las dos aceras del Puente para comprobar que la variante hispalense de esta tradición ha calado bastante hondo en la población autóctona, que cuando se lo propone es capaz de alcanzar unos niveles de esnobismo y novelería fuera de lo normal.

Como se suele decir, “nadie es profeta en su tierra”, y en Sevilla menos. Así, seguramente muy pocos de los seguidores de esta moda sabrán que a escasos metros del Puente cómplice de sus amores se encuentra, por ejemplo, la Piedra Llorosa, último vestigio de una de las historias mas tristes y conmovedoras de esta ciudad, convertida en la versión moderna del PipiCan que estaba en la isleta del cruce José Laguillo con María Auxiliadora hasta que Manuel Fraga nos obsequió con un Cruceiro allá por el cada vez mas lejano 92… No es que fuera muy original el hombre y tampoco es que anduviéramos escasos de cruces por estos lares, pero al menos se adecentó un poco el lugar.

Candados hay para todos los gustos. Aunque las supuestas reglas dicen que se deben colocar dos, uno por cada tortolito, parece que la crisis no perdona y la mayoría de las veces encontramos solo uno.

Servidor, que tenía ganas de perder el tiempo esta mañana, se dio un paseíto por el Puente que, dicho sea de paso, se ha convertido en toda una radiografía de los diferentes tipos de relaciones sentimentales. Y es que en la barandilla podemos encontrar parejas heterosexuales, parejas gays, parejas de lesbianas, parejas con posibles económicos, de distintas clases sociales, amantes de la física, de las matemáticas, de la pintura, parejas extranjeras, parejas horteras. Hasta orgías

Por haber, hay incluso un tío con mis iniciales (sobra decir que no tengo nada que ver al respecto).

Tampoco es la primera vez que se rellena un espacio de esta ciudad con candados. De hecho cuando me enteré de esta moda vinieron a mi cabeza las largas caminatas que, algunos días, daba por la Avenida de la Borbolla hacia Reina Mercedes. Y es que hubo un tiempo en que uno hacía hasta deporte…

Sin que nunca supiese el motivo ni la causa, en una de las vallas del Parque de María Luisa, concretamente en el Centro de Educación Vial, una o varias personas se entretuvieron durante años en colocar candados de forma similar, aunque en menor número, a como hoy se está haciendo en el Puente de Triana. De hecho aún hoy se pueden ver algunos de estos cerrojos, algo oxidados por el paso del tiempo, en la verja del Centro.

Allí han pasado desde entonces desapercibidos, claro que no molestaban a nadie. Por eso quizás dejaron de colocarse.

Para acabar, ya que estamos metidos en materia y dado que el Pisuerga pasa por Valladolid, o en este caso que el Guadalquivir lo hace bajo el Puente de Triana, aprovecho para meter mi pullita mensual a la Torre Pelli.

Porque claro, me parece fantástico y maravilloso que la Comisión de Patrimonio, un organismo por cierto creado por el Ayuntamiento, se reúna para debatir este tema y tomar medidas al respecto, pero, ¿son esos candados el mayor peligro que se cierne sobre el Puente de Triana?

Evidentemente los candados afectan a la imagen del mismo, esa imagen centenaria y típica que todos tenemos del principal lazo de unión de Sevilla con su arrabal mas famoso. Pero al fin y al cabo todo se reduce a una simple cuestión de perspectiva: uno debe estar dentro del puente para verlos, porque de lejos no se aprecia absolutamente nada.

Pese a todo Patrimonio cree que existe riesgo de que el Puente pueda sufrir daños de seguir esta moda en auge, y por ello ha tomado la decisión de vigilar la colocación de los dichosos cerrojos, aspecto que, siendo sincero, aún no he llegado a entender como va a llevar a cabo: supongo que colocará cámaras de videovigilancia o, yéndonos por las ramas, igual se crea un cuerpo de vigilantes de barrotes y así matamos dos pájaros de un tiro: se deja libre el Puente y baja algo el paro.

Ahora en serio, si Patrimonio cree que esta moda puede poner en peligro la imagen del Puente, ¿qué pasa entonces con la Torre Pelli?

Que cada cual saque sus propias conclusiones. Yo ya tengo la mía. Y una hipoteca, así que me río de candados…

14 comentarios:

  1. Por un momento pensé que ese candado de amantes de la pintura iba a pertenecer al "Aguador".
    En fin, para mí es una chorrada soberana. Y es algo que, particularmente, no me gusta. Y que no creo que le haga ningún bien al puente, comenzando por su estética.
    En cuanto a la Torre Pelli, inclinándome ligeramente a que no me gusta nada tampoco, fíjate que sigo sin tener una opinión del todo asentada.

    Un fuerte abrazo.

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  2. Lo de los candados es horrirriible.

    Y la torre mira tu que tengo yo ganas que la terminen ya y los parasoles, por cierto como anda la cosa que desde que me mude no tengo ni idea

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  3. Esto hay que cortarlo de tajo. ¿Y la llave la tiran al río...?

    Subidón de hierro a las aguas ribereñas.

    El trabajo sociocandístico me ha encantado...en cuanto los canis lo hagan suyo ya tenemos altares y medallones colgando del puente...

    Cuídate.
    Antonio

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  4. Uno que conozco, la primera vez que pasó por el puente pensó, pero, ¿ahora amarran las bicis en las barandas del puente? Desde luego, si algo distingue nuestra sociedad actual es la capacidad de inventiva y originalidad, por los coj....

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  5. Lo de los candados no tiene nombre. Me recuerda a Verona; a la casa de de Julieta, cuyo zaguán está invadido de escritos y notitas por todos lados; le dan un aspecto bastante penoso.

    Me encanta ese cartel de "invitalá a pescao", en vez de colocar el dichoso candaito.

    Un saludo

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  6. A saber qué estarán tramando los de la comisión de patrimonio con eso de la "vigilancia", ¿pondrán numerus clausus o exigirán que se guarde la llave para hacer sitio si el amor se rompe? :P

    Saludos.

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  7. Has pasado muy por encima de la piedra de San Laureano.
    De pequeño un día que iba con mi madre al cine de verano Alfonso XII, que allí en el patio montaban, me conto la leyenda de la piedra y sobre ella le juré que yo nunca lo haría ni con ella ni con mi padre y que le pediría siempre a Dios que si alguna vez yo tenía hijos tampoco me lo hicieran a mi.
    Desgraciadamente perdí a mi padre y mi madre sin afortunadamente arrepentirme de haber hecho el juramento, espero que mis hijos tampoco tengan la oportunidad.
    Sobre los candados, otro motivo para echar de menos a los "guindis" municipales.
    Un abrazo

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  8. Totalmente de acuerdo, Juanma. Ni le hace ningún bien al puente ni tampoco me gusta. Como creo que le pasa a la gran mayoría de la gente. Es mas, creo que raya la falta de respeto.

    Pues no va mal la cosa con el Metropol, Luz de Gas. De hecho están adoquinando la plaza y el que se encontraba en la misma se está levantando ya. Eso sí, pasar por allí, aunque sea andando, es un auténtico caos.

    Lo que comentas me da mucho que pensar, Antonio... hay que cortarlo y ya, porque con lo exagerados que somos aquí no un puente, la gente es capaz de hacer un dique colocando candados...

    Jeje, pues no te creas Razzionger, que no me esperaba ver en cualquier momento una piton o un candado de una moto... Por supuesto, encantado de leerte en el blog.

    Con tu comentario me ha venido a la memoria la casa de Rocío Jurado en Chipiona, Edward, que me pilla cerca del apartamento que tienen allí mis padres y que hace pocos años se erigió en otro gran ejemplo de la cutrez y novelería sevillana (estadísticamente Chipiona en meses estivales es otro barrio o pueblo hispalense...) Como dice Razzionger, somos muy originales...

    Lo mismo llaman al Equipo A, Sevalber... cualquiera sabe. La otra duda que se me plantea es: ¿cual será el fin de los candados? ¿los cortarán con una rotaflex o se quedarán en el puente "per secula seculorum"...? Hagan apuestas...

    Afortunadamente, no cogé ventaja, aún queda gente como tú que mantienen vivas las historias y leyendas de esta ciudad. Lo dicho, seguramente el 90% de los que han colgado el candadito no saben el por qué de esta piedra ni su significado. Ni siquiera creo que sepan el por qué de lo que están haciendo. Eso sí, los mas "modernos"...

    Saludos.

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  9. Intrépido General, que casi se juega el tipo en esta empresa, pero ¡mereció la pena!
    Que moda tan terrible, que incultura tan enorme, que todo el mundo haga esto por un best seller, que imagino que la mayoría ni leyó, y que ni se trate de este puente, pero da igual, la gente va y lo planta. Según me han dicho, en París también está ocurriendo. Tal vez habría que fundar un partido como el de Liberalización de los Enanos de Jardín, y deberíamos liberar candados por ciudades europeas…
    Kiss

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  10. Aquí nos empeñamos en copiar todo lo de fuera, me resulta patético.

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  11. Hola querido amigo.

    Lo que son las cosas,yo como turista lo asumo como tradición legendaria,romántica y que se yo!...Hasta ahora me doy cuenta de la situación.
    y hasta lo prefiero a los Graffitis que tanto deslucen la ciudad.

    Pero rescato tu preocupación y tu nota con respecto a la famosa Torre,eso sí, como tu lo planteas
    con conocimiento de causa,y desde el amor que sientes por la eterna ciudad a la que muchos siempre pensamos en regresar.

    Un abrazo.

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  12. Jeje, no está mal la idea Gata Roma. Una especie de Equipo A para preservar al Viejo Continente de estupideces... Yo me apunto.

    La historia de siempre, dama. Podría haber sido peor, recuerdo cuando a los chavales les dio por ir por la calle en verano con botas de esquí... Hace ya muchos años, pero aún así no se me ha borrado aún la imagen. Y para colmo creo que eran carísimas.

    De loa grafittis hay para hacer varias entradas, de hecho estoy recopilando algunos para ello, América. Gracias como siempre por tus palabras.

    Saludos.

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  13. Para demostrar el amor a la persona querida no creo que haga falta ningún candado y menos en un símbolo de nuestra ciudad como es el Puente de Triana.

    Ni candados ni firmas con graffitis ni escribiendo con llaves en los árboles. Creo que basta con inmortalizar el momento con un buen beso...

    Muchas gracias por citarme en la entrada, Sergio.

    ¡Saludos!

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  14. Esto es una moda absurda. El Pont Sant' Angelo de Roma también adolece de esta corriente novelesca, como bien has titulado mi General, y que invade de quistes los barrotes y barandas que acompañan las esculturas de Bernini. Aquí hacen lo mismo y el efecto es realmente extraño. Supongo que los dueños de ferreterías y las empresas como Lince o Faq no pensarán lo mismo.

    Si se rompe una de esas parejas... ¿se corta el candado?, ¿se quita el barrote de la baranda? Este detalle no me ha quedado muy claro.

    Y en cuanto a la Torre Pelli, voacé sabe lo que pienso al respecto. La pregunta sería: ¿qué buscan con esta construcción?
    - Vanguardia: un rascacielos no es símbolo de vanguardia en el siglo XXI, un transporte de garantías, por ejemplo, sí.
    - Trabajo: si la torre es de Cajasol, ¿aumentarían los empleados de esta empresa?
    - Otro skyline: lo conseguirían, sin lugar a dudas.

    ¿Alguien me puede decir qué más puede buscar la intención de construir un rascacielos en Sevilla?

    Abrazos varios amigo Du.

    P.D. Despejo dudas: el de amantes de la Pintura no es mío...

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Comentarios: