27 de mayo de 2009

La Basílica de la Inmaculada Milagrosa

"Cuando se muere alguien que nos sueña, se muere una parte de nosotros
Miguel de Unamuno


Esta entrada está dedicada a uno de esos soñadores cuya obra, y sobre todo la familiaridad que hemos alcanzado con ella, ha pasado a formar parte de nuestras vidas. A una de esas personas que a pesar de haber estado en una época convulsa e inestable, a pesar de tener que sortear dificultades de todo tipo, a pesar de trabajar en una Sevilla decadente que trataba angustiosamente de no perder el tren de la modernidad… consiguió en un oscuro mundo de tinieblas no sólo brillar con luz propia, sino algo que es mucho mas importante y difícil, iluminar a toda una ciudad.

Aníbal González Álvarez-Ossorio, arquitecto sevillano de cuyo fallecimiento se cumplen 80 años el próximo 31 de Mayo, quizás no pase a la historia como un creador de renombre internacional; es más, el reconocimiento a su trabajo se podría decir que ha quedado reducido a un ámbito meramente local.

Pero una cosa no admite dudas: se pueda estar o no de acuerdo con sus ideas, se puedan compartir o no sus posturas artísticas, pueda gustar o no su obra, lo que es evidente e incuestionable es que personas como él son necesarias para que una ciudad esté viva. Tanto hace 80 años como en nuestros días.

Arranca aquí este recuerdo del que fue el último de sus sueños: la Basílica de la Inmaculada Milagrosa.

Toda esta historia empieza en una pequeña capilla sita en la calle Quevedo, hoy desaparecida como no podía ser de otra forma, donde se veneraba una antigua imagen de la Inmaculada a la que se atribuían numerosos milagros.

Hasta aquí todo entra dentro de lo normal; en plena collación de San Martín, tan cerca de la Plaza del Pozo Santo, estamos en una de las zonas milagreras por excelencia de la Sevilla de antaño. Y mas en la Sevilla de “ese” antaño, que tan necesitada estaba de ayudas divinas para seguir adelante en su difícil día a día.

El número de actos piadosos y de prodigios relacionados con la imagen de la calle Quevedo iba in crescendo a la par que la devoción popular que suscitaba la misma entre el vecindario, llegando a tal extremo que se creyó necesario edificar una iglesia en la que poder rendirle culto.

Es entonces cuando entra en escena Aníbal González, personalidad de reconocido prestigio, arquitecto afamado y para mas señas fiel devoto de la Inmaculada.

Cierto es que no pasaba precisamente por uno de sus mejores momentos, ya que los continuos roces con José Cruz Conde, el comisario regio que había nombrado el dictador de la “dictablanda” (el general Primo de Rivera) para finalizar la Exposición Iberoamericana le habían llevado a dimitir como director de la misma. Pero quizás también por eso mismo González no solo acepta el reto, sino que a partir de ese instante se dedicará en cuerpo y alma a la construcción de la Basílica.

Son muchos los factores que hacen converger toda la atención del arquitecto hacia este proyecto: su fe y devoción, el poder desarrollar libremente su espíritu creativo y fantasioso, el hecho de volver a estar de nuevo en la cima de la arquitectura de la época y, por supuesto, la posibilidad de cerrar las heridas abiertas después de abandonar la Exposición de la que había sido alma durante mas de 15 años.

Como no podía ser de otra forma, el resultado fue espectacular: una colosal iglesia neogótica de dimensiones extraordinarias que rivalizaría en grandiosidad con los templos mas importantes del mundo y en altura con la mismísima Giralda.

Todo estaba diseñado a lo grande: empezando por la gran plaza de 120 metros de diámetro que sería el preámbulo a la inmensa Basílica cuya fachada, de 45 metros de altura, estaba flanqueada por dos torres de 100 metros de alto cada una.

En el interior, los casi 10.000 m2 de superficie en planta convertirían la iglesia en uno de los mayores referentes mundiales de la arquitectura religiosa y, por supuesto de la ciudad. De hecho, el paralelismo de dimensiones con la Catedral de Sevilla es patente en todos los aspectos.

Junto a la Basílica se desarrollaría un centro de enseñanza donde tendrían cabida mas de 1000 alumnos y que contaría con dependencias anexas para religiosos, profesores y alumnos, además de un gran salón de actos con capacidad para mas de 2000 personas.

El espacio elegido para tan colosal e imponente obra estaba a las afueras de la ciudad, en unos terrenos conocidos como Huerta del Rey, que en 1928 habían sido adquiridos por la Compañía de Jesús.

A pesar de la grandiosidad y monumentalidad del proyecto, el estilo neogótico en el que se encuadra la Basílica se acercaba mas a los conceptos historicistas que un siglo antes habían impulsado Viollet Le Duc y otros autores que a la arquitectura que por esos años desarrollaban en el resto de Europa grandes maestros como Le Corbusier o Mies van der Rohe, contemporáneos de González. Es decir, hay que partir de la base de que si comparamos esta obra con lo que en esos momentos se hacía en otros lugares estábamos ante una propuesta caduca y anticuada.

Pero claro, también hay que tener en cuenta que esta arquitectura historicista había sido bastante bien aceptada por la sociedad sevillana de la época (o buena parte de ella), que gustaba mas de ver un palacio neomudéjar que una escuela minimalista. Como se ve, poco hemos cambiado en estos 80 años….

Otro aspecto en el que me quiero detener es en la excesiva escala del proyecto, lo exageradas que son sus dimensiones. Aníbal González, autor recordemos de la bellísima capillita del Carmen que se encuentra en el Puente de Triana, casi la antítesis de esta Basílica, parece como si actuara por despecho ante los que habían provocado su dimisión al frente de la Exposición Iberoamericana; parece como si pretendiese anularla con esta mega-construcción, restarle importancia, ponerla en un segundo plano. Sintomático es el rescate del lenguaje gótico para contraponerlo al mudéjar que predominaba en la Exposición, dos estilos que recordemos ya convivieron en la Sevilla del alto medievo y que de nuevo entraban en conflicto con esta revisión historicista. Y es que es inevitable hacer comparaciones, que pueden ir incluso mucho mas allá, hasta las puertas de la mismísima Catedral de Sevilla.

Porque aquí también tiene miga la cosa… Mientras la Metropolitana tiene una planta rectangular con 116 metros de largo por 76 de ancho, con una altura de 40 metros en su punto mas alto, la Basílica desarrollaría 125 metros de largo por 75 de ancho, con altura de 45 metros en las fachadas. Las cifras, como vemos, son casi idénticas. Hasta las dos torres que flanqueaban la entrada superaban en 4 metros a la mismísima Giralda

En fin, la duda estaba servida: ¿toda una declaración de intenciones o simplemente deseos de llevar al extremo máximo los honores y loas a la Milagrosa y a la misma ciudad de Sevilla?

Por suerte o por desgracia, eso nunca se sabrá. Las obras deberían sufragarse mediante donaciones particulares y de comunidades religiosas, pero ante lo elevado del presupuesto se empiezan a recortar gastos y, para empezar sólo se edificaría la Basílica, quedando el complejo educativo para un futuro.

Pese a estos recortes y algún que otro contratiempo más, el 6 de Julio de 1928 se inician las excavaciones. La expectación es tal que la colocación de la primera piedra del templo es bendecida por el Cardenal Ilundáin y cuenta con la presencia del mismísimo rey Alfonso XIII.

Pero un triste acontecimiento pondrá fin a la construcción de la Basílica: la muerte coge de improviso a Aníbal González el 31 de Mayo de 1929. De golpe se esfumaba para siempre el último sueño del arquitecto… o su última tentación.

Y es que una vez desaparecido el principal valedor de las obras, éstas se detienen en un principio provisionalmente, aunque la realidad con el tiempo pasa a ser bien distinta tal y como podemos ver hoy en día.

En la Avenida de la Buhayra, oculta entre los jardines que dan nombre a la zona y una torre monolítica de viviendas, se alza lo poco que llegó a construirse de la Basílica de la Inmaculada Milagrosa: un enorme basamento de mas de 3 metros de altura que deja constancia de la magnitud que podía haber alcanzado el proyecto de haberse ejecutado en su totalidad no solo por sus enormes dimensiones en planta, sino por el grosor de los arranques de los pilares y contrafuertes que deberían aguantar la colosal estructura.

Son los únicos vestigios que quedan del sueño de un hombre que un día quiso desafiar todo el universo establecido a su alrededor: una enorme plataforma de hormigón, bastante alterada por el paso del tiempo, el abandono y las obras a las que se ha visto sometida en los últimos años.

Baste con hacer la comparación con el bloque de viviendas de la fotografía, que apenas sobrepasa los 50 metros de altura, la mitad de lo que deberían haber alcanzado las dos torres que flanqueaban el acceso al templo.

Pese a todo no hay mal que por bien no venga, como se suele decir, y al menos se conservaron los restos arqueológicos enterrados bajo la que debería haber sido la plaza de acceso a la Basílica y que parecían destinados a desaparecer en las obras de ejecución del conjunto.

Años después, a mediados de los 40, cogerá el testigo de Aníbal González otro arquitecto hispalense, Antonio Illanes del Río, que recibe por parte de los jesuitas el encargo de edificar otro centro de enseñanza en los mismos terrenos de la Huerta del Rey, para lo cual se piensa en un principio en aprovechar el proyecto de la Basílica original y ampliarlo con un complejo educativo de dimensiones aún mayores que las del 29.

Pero como pasó entonces, el dinero no llega y las altas pretensiones se reducen, a pesar de la venta y consecuente entrega a la piqueta del centro de enseñanza que tenían los religiosos en Villasís para costear las obras, entre otras posesiones. Se limita por tanto el proyecto original de Illanes y finalmente se construye lo que hoy conocemos como colegio Portaceli.

Será ésta la última vez que se intenta reflotar la Basílica soñada por Aníbal González. El paso del tiempo hace que todo el escenario donde se desarrolló en los años 30 cambie de forma radical.

La imagen de la Inmaculada Milagrosa es trasladada a la iglesia de San Lorenzo, donde comparte capilla con el Cristo de las Fatigas; el Portaceli termina de construirse en su versión actual sin necesidad de acordarse de la mole de hormigón que a pocos metros se levantaba; y en los 50 gracias a la labor de Leopoldo Torres Balbás se identifican los terrenos de la Huerta del Rey con el palacio de la Buhayra, con lo que la zona pasa a tener valor arqueológico y patrimonial, restringiéndose por tanto su edificación desde ese momento.

La Basílica es definitivamente abandonada en obra, proyecto y sueño. A partir de entonces pasa a ser una simple plataforma de dimensiones gigantescas sobre la que, ya entrado este siglo, se esparcirán los veladores de un restaurante entre el arranque de los pilares que deberían haber sostenido uno de los mayores templos de la humanidad.

Es el epílogo de un sueño del que 80 años después tan solo quedan recuerdos.


29 comentarios:

  1. Magnífico post. Me he emocionado y todo. Siento una especial admiración por Aníbal González y si a eso le añades tu estilo literario, pues nada, emociones a flor de piel, jeje.

    Por lo que se ve en la foto aérea, hoy sería imposible construir la basílica, no? Ya que chocaría con los edificios que la encierran. En realidad, poco respeto se tuvo por esta obra cuando se hizo esta avenida, literalmente se construyen los edificios sobre los restos de la basílica.

    Una pena no verla concluida, al leer tu historia me he acordado de los castillos alemanes del Rey Loco, odas a la fantasía. Seguramente Aníbal además de demostrar su valía, quería con esta obra superar sus propios miedos y quería "contar" con un salvoconducto divino una vez llegara al final de su vida ^^

    Un abrazo!!

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  2. Pues vaya, me había imaginado en mi mente el templo y… que pena, algo exajerado pero jo… merecía la pena.
    En fin, lo que se aprende aquí no está pagado, fijo que los alumnos del Portacoeli ignoran esto…

    Kisses

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  3. Leyéndote es descorazonador el gran desconocimiento que tenemos los sevillanos de nuestra ciudad si se nos saca de los, que podríamos llamar, circuitos turísticos.
    He estado almorzando allí y la verdad es que me resultaron excesivos ciertos simientos que se ven, pero ni a soñar que me hubiera puesto me hubiese imaginado tan magno proyecto.
    Muchas gracias por instruirnos, la próxima vez que esté por allí me preocuparé de fijarme más y con más interés.
    Un abrazo.

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  4. Enhorabuena por el post.

    Lo que son las cosas, cuando se construyo la avenida de la Buhaira estuvo una temporada cerrada al trafico, a cuenta precisamente de los restos arqueologicos, para terminar construyendo bloques de pisos y oficinas y hasta un hotel

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  5. Me da mucha rabia el pasar junto a estas joyas y descopnocer su historia. Es necesario que alguien me abra los ojos (en este caso tú), para disfrutar de lo que tantas veces miré con indiferencia.

    Un abrazo

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  6. También siento yo especial admiración por Aníbal González al que tanto debemos y más reconocimiento se merece. El final de su vida y el empeño gigantesco de la basílica me recuerdan a Gaudí.

    Muy buen post, Du Guesclin, ameno e instructivo,

    Saludos!

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  7. Me voy plena por que aquí siempre aprendo algo aunque resulte un poco lejano para mi lo he disfrutado,realmente eres un profesional en todos los sentidos,esto es un trabajo de publicacion,es decir que debe tener difusion felicitaciones.

    Espero el sábado escucharte en el programa de Luz de gas,mi mas cordial saludo quien siempre te recuerda.

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  8. GRACIAS, por tenerte. Algunos hablamos de fantasías y de sueños, otros como tú los fotodocumenta, para convertirlos en la historia de la sevilla que "no vemos". Auténticas sevillanadas. Un abrazo.

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  9. La de obras de arte que se dedicaron y se dedican a la religión.

    Por lo menos no han puesto allí un aparcamiento,
    tiene que ser un sitio precioso para echar un rato imaginando y construyendo con la mente

    Un abrazo General.

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  10. Te decia el otro dia que me haces recordar muchisimas cosas de mi niñez, y ahora con esta entrada tuya muchismo más. Naci y alli vivi hasta que me casé en la Calle Don Pedro Niño, 5 (hoy 11), asi que la Virgen Milagrosa la tenia cerquisima, a escasos 50 metros, y es más esta Virgen estaba en la capilla del Colegio donde estaba mi hermana era el Colegio de Cristo Rey (hoy dia desaparecido, en la actual calle si continúa el de Triana que fué el primero en la calle Betis). De nuevo te doy las gracias porque me haces rememorar muchisimas cosas. Alberto.

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  11. Perdona que utilize tu blog para contestar a Dawidh Pires. He comido en el Restaurante La Basilica en dos ocasiones, pero en ambas ocasiones han sido, por motivos de jubilaciones de maestros, la primera en la despedida por jubilación de mi mujer en el Magisterio Nacional, y en verdad que la comida y el servicio muy bien. Mil perdones y Saludos de Alberto.

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  12. Te he enviado un e mail. Alberto

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  13. Dawidh Pires, en relación a tu pregunta sobre el restaurante, a mí me pareció, como espacio, muy bonito de noche, pero como restaurante normal, ni malo ni bueno, ni caro ni barato;)

    Un saludo.

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  14. Me alegro mucho que te haya gustado, eventoensevilla; en ese emplazamiento hoy sería totalmente imposible, a no ser que se hiciera una chapuza tipo "medianera Almacenes del Rey", con las torres embutidas en el edificio aledaño...
    Respecto al tema de la obra de la Basílica, se tuvo poco respeto por la misma cuando las obras de la Avenida, pero también es justo reconocer que en las obras de la misma tampoco se respetaron los restos del palacio árabe; de hecho, la plaza de acceso los eliminaba completamente... Es la historia de siempre, para variar...

    Desde luego habría sido un gran hito en la historia edilicia de Sevilla, Gata Roma.

    Muchísimas gracias por tus palabras, Dawidh Pires; siempre es importante saber de donde venimos para no desandar el camino, como pasa con bastante frecuencia... Y que no se borren estas cosas de la memoria es, por supuesto, fundamental....

    Tal y como está acondicionado el lugar, es prácticamente imposible darse cuenta de nada, no cogé ventaja; y mas con las últimas tendencias decorativas que tienden a la exageración y desmesura...

    Pues si, la verdad está ahí afuera; al final ni restos ni basílica, una avenida y dos tochos de edificios. También el Portaceli se llevó ua cuota importante de restos por delante.

    Muchas gracias por tus palabras, verdial.

    La verdad es que tienen ambos bastantes semejanzas, Zinquirilla, aunque la Sevilla de esa época no tenía nada que ver con Barcelona. Para lo bueno y para lo malo, porque recordemos que la ciudad catalana venía prácticamente de reinventarse a sí misma...

    Allí estaremos en la radio, América (respondo con retardo, jeje, podría decirse ya que "hemos estado"...)

    Las gracias las doy yo por teneros a vosotros siempre por aquí, que es lo que da fuerzas para seguir con ésto, Natural de Sevilla.

    Realmente el sitio es fantástico, Luz de Gas.

    Estuve hace algún tiempo, Dawidh Pires, y no se come mal. Hay de todo, pero teniendo en cuenta el entorno en que estamos, merece la pena.

    Es todo un honor, Alberto, es mas, tus aportaciones (como las del resto de amigos que comentan estas entradas) son fundamentales para aumentar aún mas la información de las entradas. Sin ir mas lejos, has puesto algo que yo había pasado por alto, como es el emplazamiento de la capilla. Ya te digo, fundamental.

    Del tema de responder, al contrario, te doy las gracias.

    Gracias también a ti, zapateiro.

    Saludos a todos!

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  15. Querido Du,si, no te asustes, soy yo.
    Felicidades por la entrada. Es un sitio próximo para mí y precisamente, excepto el restaurante La Basilica (casualmente)dentro de un enclave bellísimo; el parque de la Buhaira, que por estar en un barrio donde psoe e iu no obtienen sus mejores resultados, sigue un proceso de deterioro vergonzante y vergonzoso para cualquier ciudadano de esta Sevilla.
    El restaurante es obra de tu colega Jimenez Sanchez-Dalp,fue abierto en el 2003 y creo que hizo una actuación muy digna.
    En correo privado te adjunto fotografias del día de su inauguración.
    Saludos
    Doria

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  16. Siempre se continúa aprendiendo con tus entradas. ¿Anibal González?. Yo admiro su trabajo. Un besito.

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  17. Sergio no me des las gracias que no te había comentado aun la entrada.
    ¿Qué quieres que te diga? Que tenéis que escribir un libro Ramsés y tú, y ya las Mercedes, una servidora y un puñado más de incondicionales os hacemos toda la campaña de marketing.

    Un beso grande como tu pie ;)

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  18. Magnífica entrada, amigo Sergio. No has podido rendirle mejor tributo a este insigne arquitecto del que se han cumplido 80 años de su muerte.

    La verdad que es una lástima no tener "otro monumento" de esta envergadura en nuestra ciudad pero, como bien has resaltado, no hay mal que por bien no venga y quizás hoy día los restos del palacio árabe fuesen tan sólo un recuerdo (o ni eso).

    ¡¡Saludos!!

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  19. Enhorabuena Sergio.

    La verda que desconicía esta historia. Me ha emocionado.

    Me parece una actuación similar a la de Gaudí con la Sagrada Familia. Entre otras cosas desescalada. Claro que aqui sabemos vender una mijita peor el producto que por Barcelona.

    Muy interesante también tu reflexión acerca del desfase en los estilos arquitectónicos en Sevilla. Este aspecto lo hemos heredado muy pero que muy bien. Con una miradita a la historia, se entiende el presente.

    Gracias, una vez mas, por ilustrarnos.

    Un fuerte abrazo

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  20. Que monstruo Anibal González y su primo Pascual el del bigote...

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  21. Yo compraría más de uno de esos libros porque hay mucho que aprender ...

    Felicidades atrasadas por tu cumpleaños. Te deseo cien más llenos de vida.

    Desde luego el primer sitio al que iría a leer el libro sería en la Buhaira ensoñando todo lo que fue...

    un abrazo
    Antonio

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  22. La idea de plantearte publicar un libro es muy interesante.

    Tienes una cualidad que hace de ti un buen escritor... no te faltaría lectores.

    Felicidades.

    Un abrazo

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  23. Hola Du Guesclin: Soy Marcos Quiroga y escribo desde Mendoza, Argentina. Soy un gran enamorado de vuestra ciudad de Sevilla, a la que considero incomparable y lector habitual de tu blog. Me ha sorprendido la historia de este proyecto sevillano que desconocía y me ha recordado, a su vez, a la ilgesia Votiva de Viena. Una pena que no llegara a concretarse. Felicitaciones por todos los artículos y como decía la canción de los Cantores de Hispalis "Vamos a cuidar Sevilla reina del Guadalquivir, Sevilla siempre Sevilla, Sevilla para morir" Saludos desde Argentina

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  24. Siempre es una grata noticia tenerte por estos lares, Doria. Muchas gracias por las imágenes, que colgaré en esta semana para que todos puedan disfrutarlas.

    Ya somos dos, Fango.

    Otro beso mas fuerte para ti, Zapateiro.

    En este caso difiero, Duende del Sur en cuanto a la grandiosidad y escala del proyecto. Obras importantes y que den prestigio son necesarias para Sevilla, pero en este caso quizás se fueron un poco los números...es mi opinión.... De lo de los restos arqueológicos, totalmente de acuerdo por supuesto.

    Gracias Juan.

    Es que analizando el tema, Edward, la confrontación de estilos arquitectónicos era mas que una osadía, casi una provocación. No se si eso entraba dentro de las expectativas de González, pero desde luego algo había. Ya no solo contra la Exposición del 29, sino contra Sevilla misma a través de un símbolo como la Catedral. Y es que proponer una Catedral neogótica de similares dimensiones con dos torres de 100 metros a la entrada... solo faltaba que la plaza circular estuviera rodeada de naranjos, jeje.
    De las semejanzas con Gaudí, quizás hay paralelismos entre ideas y proyectos, pero las ciudades en sí diferían mucho. Barcelona prácticamente se estaba inventando a sí misma en esa época mientras Sevilla por el contrario estaba en decadencia...

    Jeje, tú lo has dicho, JL Martínez Hens.

    Antonio, un lugar bellísimo para leer un libro. Además no hay ardillas (algún día te contaré mi experiencia ardillil leyendo "Sobre Héroes y Tumbas" en los jardines del Escorial...)

    Muchísimas gracias Glauca; me alegra muchísimo verte de nuevo, se echa de menos tu música.

    Un fuerte abrazo Marcos Quiroga y muchísimas gracias por tus palabras. La verdad es que es una historia fascinante, ya no solo por su génesis y su desarrollo, es que el hecho de que durante tantos años hayan estado abandonados el basamento y la cimentación creo que se ha dado pocas veces, al menos en Sevilla.
    A todo esto, bellísima sevillana.

    Saludos y perdón por la tardanza en responder, una vez más...

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  25. "...También el Portaceli se llevó ua cuota importante de restos por delante..."

    Muy cierto, y no sólo en el pasado remoto.

    Como antiguo alumno, recuerdo haber jugado en la "zona prohibida" de detrás de la piscina, próximo ya a los edificios Huerta del Rey, en un tramo de acueducto que iba más o menos desde la tapia que separaba de los edificios hasta la piscina. Había también una pequeña alberca. Ese acueducto es el que continuaba al otro lado del colegio bordeando el estanque del parque de la Buhaira. Toda aquella parte ha sido arrasada.

    Por cierto, en un interesante libro sobre la fundición de bronces de Sevilla (la fábrica de artilería de S. Bernardo, relativamente cercana), leí que ese acueducto era un ramal de los "Caños de Carmona", sobre el que determinada huerta de S. Bernardo tenía una concesión que el Ayuntamiento d Sevilla persiguió durante siglos sin éxito. Y aquí viene lo curioso: estando yo en el Portaceli (hablamos de hace casi 30 años) ¡el acueducto aún llevaba agua en el tramo que ahora está en el parque, y acababa vertiendo en un bebedero de vacas que babía en la apred del estanque que corre paralela a la actual avenida! Este agua no venía, obviamente, de los Caños de Carmona, sino que salía de un tubo que emergía del suelo enfrente de los entonces pabellones de COU y volcaba en el acueducto. Dando a entender que la concesión aún perduraba por quel entonces, y que el que fuera la ejercía, aunque del agua poca se aprovechaba, y la mayot parte acababa formando un aroyo que venía a desaparecer, infiltrado en el suelo, a la altura de la torre de la Buhaira.

    En fin, una pincelada más sobre la historia de esta zona que puede que interese a alguien

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  26. Me ha encantado el post. Pero ¿de verdad pertenecían los terrenos a los jesuitas?¿o fueron simplementes "prestados"? ¿Por qué no se menciona quién fue la iniciadora y pagadora de este magno proyecto?¿a dónde fue a parar su dinero?

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  27. Paseando por el parque de la Buhaira, había visto este restaurante y me había llamado mucho la atención al ver esos pilares...no sabía de donde habían salido, si era la ruina de algo derruido...y me encuentro con este post tuyo q lo explica todo al dedillo.
    Mil gracias!!

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